El último día destacó por la presencia de las y los más pequeños en Fluvialito, las últimas reuniones, los profundos sonidos de las primeras naciones y un versátil y electrificante line up.
De esta forma, el evento celebró el final de tres jornadas en las que participaron más de mil personas y se concretaron cerca de 500 reuniones entre agentes de industria.
Una potente última jornada ofreció el sexto encuentro de músicas e industrias Fluvial. Marcada desde su inicio por la alegría y diversión de las y los más pequeños que asistieron a jugar y aprender en Fluvialito, el tercer día también tuvo espacio para la reunión WIN Red Latam en Hotel Puerta del Sur y el Networking Mixer Latam Network y WIN Board en catamarán por el Río Calle Calle. Durante la tarde, la versátil programación musical destacada por los sonidos representantes de las primeras naciones, convocó a una alta y constante asistencia de público que disfrutó de un cartel amplio en estilos y gustos.
El abanico de oportunidades para la música chilena se abrió con Fluvial, que recibió a más de 200 delegados de industria provenientes de 15 países: España, Canadá, Perú, Colombia, Argentina, Brasil , EEUU, Nueva Zelanda, Reino Unido, Korea del Sur, Alemania, Paraguay, México, Uruguay y Chile, entre los que se concretaron más de 500 reuniones. Una memorable sexta edición a la cual asistieron más de 1.000 personas a presenciar y disfrutar de más de 40 proyectos musicales de la escena independiente nacional e internacional.
En la foto: Fluvialito (por Victor Huenante / FLUVIAL©)
CHEU MULEI AYEKAN – DÓNDE ESTÁ LA MÚSICA
Un clima algo más templado que el de los días anteriores recibió a quienes se aventuraron a una nueva jornada de música y fiesta. El Escenario Fluvial comenzó puntualmente su programación a las 5pm. con el show de la banda de electro pop local Malicia. Media hora más tarde y fijando el intervalo entre shows, el Escenario Cordillera elevaba los primeros sonido de las primeras naciones junto a Joel Maripil; sus ritmos y cantos invitaron a los y las presentes a formar parte por un instante de su rogativa y danza de reconocimiento a la naturaleza y sus sonidos “Cheu mulei ayekan» (¿Dónde está la música?) le preguntaba a la audiencia, «Tufa mew tufa mew mulei» (Aquí está, aquí está la música) les enseñó a responder.
Un carismático Vox Sambou llegó desde Canadá para hacer bailar sus ritmos y corear sus letras en distintos idiomas. Le prosiguió Tortuganónima, banda capitalina que trajo hasta el sur su rock instrumental con ruidosos tintes progresivos y ambientales. El canto y alma de Purahuéi Soul dejó en el ambiente su fusión de sonidos afroamericanos y standard de jazz; mientras que las múltiples sonoridades y la sólida voz de Laura Niquay ofreció un acercamiento al universo de los atikamekw del norte del continente. Unos minutos más tarde, la cantautora y activista indígena Amanda Rheaume subía al Escenario Cordillera con sus baladas ancladas en su corazón y guitarra. Fueron el potente y agudo metal del grupo mapuche Mawiza, y la Batalla de MCs y DJs, los puntos de inflexión en los dos escenarios de esta tarde que veía desaparecer los últimos rayos de sol y recibir el frío abrazo del viento.
En la foto: Joel Maripil (por Victor Huenante / FLUVIAL©️)
En la foto: Laura Niquay (por Victor Huenante / FLUVIAL©️)
En la foto: Amanda Rheaume (por Victor Huenante / FLUVIAL©️)
En la foto: Mawiza (por Victor Huenante / FLUVIAL©️)
La llegada de la noche y la última ronda de showcases estuvo marcada por el sonido y visuales de Ex_Tala en el escenario Fluvial, el cuarteto experimental ofreció una improvisación electroacústica nutrida por el mellotron, la percusión digital, guitarra, trompe, kultrún, kullkull y cascahuillas. En paralelo, Zebra 93 dejó la pauta de cierre en el Escenario Cordillera, elevando con su pop los ánimos de baile para entrar en calor; tarea que continúo con una segunda presentación del dúo de sonido atmosférico IIOII y la puesta en escena de Futuro Fósil, proyecto valdiviano de exploración electrónica que ofreció a las y los danzantes sus impredecibles y reverberantes ritmos. Se dio con la original, orgánica, poética y furiosa fusión entre hip hop y jazz de Como Asesinar a Felipes uno de los clímax de esta tercera jornada. Un público deseoso de disfrutar de algunos consagrados de la escena nacional, convirtió la noche de clausura en un mítico encuentro que gozó con fervor del, a la vez, denso y fresco sonido de Nova Materia, su tan particular electrónica rockera e industrial mantuvo arriba al público, que posteriormente se entregó con todo a corear algunos de los himnos regados en estos 20 años de trayectoria de Tsunamis celebrados en Fluvial.
En la foto: Ex_Tala (por Victor Huenante / FLUVIAL©️)
En la foto: Zebra 93 (por Victor Huenante / FLUVIAL©️)
En la foto: Nova Materia (por Victor Huenante / FLUVIAL©️)
En la foto: Tsunamis (por Victor Huenante / FLUVIAL©️)
UNA ÚLTIMA PISTA DE BAILE Y HASTA LA PRÓXIMA
La parte final del festejo estuvo al mando de Mariana Montenegro y compañía quienes, luego de sacar brillo a la pista con sus coreografías, inspiraron a todas y todos los de espíritu danzante a seguir fluyendo por la espiral de beats y disruptivas secuencias traídas por el antes aclamado set list de Orieta Chrem. Cerraron con broche de oro y una potente fuerza sonora de bases electrónicas y mestizaje de ritmos tribales traídos desde el centro de la galaxia, la dupla formada entre Foex y Paulopulus; dos productores musicales originarios de Santiago que propiciaron con absoluta entrega un ambiente carnavalero que resumió en una hora la esencia de lo que fue este último encuentro de música e industrias creativas Fluvial.
En la foto: Mariana Montenegro (por Victor Huenante / FLUVIAL©️)